En la madrugada de ayer el sábado, estallaron violentos combates con armamento pesado entre el ejército sudanés dirigido por Abdel Fattah Al Burhan, jefe del Consejo de Soberanía de Transición en Sudán, por un lado, y las Fuerzas de Apoyo Rápido encabezadas por Mohammad Hamdan Dagalo, apodado Hamidati, por otro lado, en la capital sudanesa Jartum y otras partes del país.
Los enfrentamientos provocaron pánico y miedo entre la población civil, ya que el centro y el sur de Jartum fueron testigos de una huida masiva de residentes, según informaron medios de comunicación. Los vehículos blindados del ejército del Al Burhan cerraron las carreteras que conducen al palacio presidencial en el centro de la capital. Al Burhan, líder del Consejo de Soberanía, dijo en una entrevista con Al-Jazeera que fue sorprendido por el ataque de las Fuerzas de Apoyo Rápido a su casa a las nueve de la mañana, y agregó que las fuerzas del general Hamidti se infiltraron en el aeropuerto y quemaron algunos aviones. También declaró que si continúa el estado de guerra, ingresará sus fuerzas en Jartum desde diferentes áreas.
Por su parte, el comandante de las Fuerzas de Apoyo Rápido, Hamidti, expresó a Al-Jazeera su pesar por combatir contra su pueblo: «La batalla nos fue impuesta después de nuestro asedio y asalto, y la batalla será decidirá en los próximos días”, dijo, indicando que sus fuerzas seguirán persiguiendo a Al Burhan, a quien calificó de “criminal”, hasta que lo lleven ante la justicia.
Un maestro de la escuela Al Kamboni en la capital, Jartum, al que entrevistó Al Jazeera informó de que hay alrededor de 450 estudiantes atrapados en la escuela desde el estallido de los enfrentamientos, y uno de ellos resultó herido.
Según el Comité de Médicos de Sudán, los enfrentamientos han dejado hasta el momento 56 muertos civiles y al menos 600 heridos. El Programa Mundial de Alimentos confirmó el asesinato de tres de sus empleados.
El origen de la disputa
Al Burhan, el presidente de facto de Sudán, y su adjunto, Hemedti, son los dos hombres más poderosos de Sudán, y cada uno de ellos tiene aliados internacionales y locales. Las Fuerzas de Apoyo Rápido crecieron fuera del marco del ejército, ya que los orígenes de estas fuerzas se remontan a la milicia Janjaweed, acusada de cometer crímenes de guerra y violaciones de derechos humanos en la región de Darfur, así como de perpetrar una masacre que mató a 120 manifestantes en junio de 2019.
La disputa entre los dos poderes militares se produce luego de una serie de problemas que siguieron al derrocamiento del presidente Omar Al Bashir en 2019. Esta disputa se intensificó entre los dos hombres por el rumbo que está tomando el país y la propuesta de transición a un gobierno civil, como uno de los puntos de desacuerdo más destacados es el plan para incluir las Fuerzas de Apoyo Rápido, que contaban con 100.000 soldados en el ejército y que luego quien va a liderar la nueva fuerza.
La violencia se produjo después de días de tensión entre las dos partes por el despliegue de las Fuerzas de Apoyo Rápido en las cercanías de la capital, un paso que el Ejército de Al Burhan consideró una amenaza. No está claro quién inició el primer tiroteo el sábado, ya que ambas partes intercambian acusaciones al respecto.
Varios países del mundo y las Naciones Unidas han expresado su preocupación por lo que está sucediendo en Sudán y han pedido a las partes en conflicto que ejerzan moderación y tomen medidas urgentes para el alto el fuego.
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