
El primer visitante que recibió el Palacio Republicano, residencia del presidente de la etapa transitoria, Ahmad Al-Sharaa, en Damasco, en la madrugada del viernes 2 de mayo de 2025, fue un ataque aéreo israelí en sus alrededores. Esta escalada es considerada la primera de su tipo en la historia de los bombardeos israelíes en Siria. «Cuando Golani despierte y vea los resultados del ataque israelí, comprenderá perfectamente que Israel está decidida a evitar cualquier daño a los drusos», dijo el ministro de Defensa israelí, Israel Katz, en una publicación en la plataforma X.
Antes de esto, Netanyahu había declarado: «Este es un mensaje de advertencia al régimen sirio».
Alrededor de las diez de la noche, hora de Damasco, de ese mismo día, aviones de combate israelíes ingresaron al espacio aéreo sirio y llevaron a cabo varios ataques aéreos en las cercanías de la ciudad de Harasta, en la región rural de Damasco, en un punto militar abandonado en Hama y en posiciones militares previas en la provincia de Daraa, al sur del país. El bombardeo provocó la muerte de una persona en Harasta y dejó varios heridos, según la agencia estatal de noticias siria (SANA).

Los ataques se producen en un contexto de tensiones sectarias mientras se intenta resolver el conflicto entre los líderes religiosos drusos y los comandantes de las facciones locales, por un lado, y el gobierno de Damasco, por el otro. Según anunció el ejército israelí, sus fuerzas están desplegadas en el sur de Siria y están preparadas «para evitar la entrada de fuerzas hostiles en las aldeas drusas».
Estos ataques ocurrieron apenas unas horas después de que una emisora israelí anunciara que Tel Aviv se prepara para atacar más objetivos en Siria como respuesta a «las agresiones contra los drusos».
Cuarenta y ocho horas antes; un dron israelí atacó a las fuerzas de seguridad sirias mientras estas se enfrentaban con grupos armados drusos en la localidad de Sahnaya, en Damasco, donde residen aproximadamente 14.000 personas, en su mayoría drusos. Israel declaró que el objetivo del ataque era un grupo «extremista» que planeaba llevar a cabo ataques contra los drusos.
Drusos dentro de Israel y en los Altos del Golán ocupados se manifestaron exigiendo a su gobierno intervenir en Siria para ayudar a sus iguales allí. Según el diario Times of Israel, un grupo intentó cruzar a territorio sirio, pero fue devuelto por el ejército israelí.
A pesar de las afirmaciones de Israel de que busca proteger a los drusos, un misil guiado lanzado desde un dron israelí acabó con la vida de cuatro sirios de la comunidad drusa el viernes 2 de mayo, según informó el periódico The New Arab.
La caída del régimen de Asad en diciembre de 2024 ha sido una oportunidad para que Israel penetrara en territorio sirio. Ocupó el Monte Hermón (Jabal al-Sheikh) y desplegó sus fuerzas en posiciones del ejército sirio previamente evacuadas cerca de su frontera, en el oeste de la provincia de Daraa y en la provincia de Quneitra, al sur del país, ignorando el acuerdo de alto el fuego firmado entre Siria e Israel bajo supervisión de las Naciones Unidas en mayo de 1974, un año después de la guerra de 1973.
Desde esas posiciones, estas fuerzas llevaron a cabo incursiones más amplias de forma ocasional durante los últimos meses, especialmente en la provincia de Daraa. Jóvenes de la región enfrentaron estas incursiones en al menos dos ocasiones, lo que resultó en la muerte de al menos 15 personas y dejó varios heridos como consecuencia de los bombardeos israelíes.
Al mismo tiempo, Israel no ha dejado de destruir el arsenal del ejército sirio ni de bombardear distintas ciudades. Entre diciembre y mayo, Israel ha realizado 794 ataques con bombardeos aéreos y artillería, además de 231 incursiones terrestres, mientras que Siria no ha lanzado ni un solo ataque contra Israel, según datos de Syria Weekly, una publicación semanal que cubre la situación en Siria.
¿Cómo estalló la reciente tensión?
Los enfrentamientos comenzaron en Jaramana, un suburbio de Damasco caracterizado por su diversidad étnica, donde residen más de un millón de personas, alrededor del 15% son drusos, además de cristianos, musulmanes sunitas y desplazados de otras regiones de Siria. En esta ciudad, se desataron enfrentamientos violentos entre grupos armados sunitas y drusos. Aunque los detalles iniciales siguen siendo confusos, las versiones son contradictorias: las fuentes oficiales del gobierno acusan a «grupos fuera de la ley» de atacar puntos de control de las fuerzas de seguridad. Los drusos afirman supuestamente haber sido blanco de «grupos extremistas».
La chispa que encendió el conflicto fue la difusión de un mensaje de audio que contenía insultos hacia el profeta Mohammad, atribuido a una persona drusa. Este incidente desató una ola de indignación y avivó las tensiones sectarias. Rápidamente se transformó en enfrentamientos armados que se extendieron hasta Ashrafiyat Sahnaya, dejando muertos y heridos.
Una investigación de la plataforma «Eikad», especializada en inteligencia de fuentes abiertas (OSINT), confirmó la autenticidad del audio, señalando que su origen era de un grupo de la aplicación WhatsApp compuesto por figuras «separatistas que abogan por la división de Siria y cuentan con apoyo israelí».
El gobierno sirio envió refuerzos a Sahnaya para poner fin a los enfrentamientos y perseguir a los «grupos fuera de la ley». En medio de esta situación, un dron israelí intervino en Sahnaya, atacando a las fuerzas gubernamentales y causando la muerte de un agente de seguridad sirio y heridas a otros. Tanto Netanyahu como Katz justificaron este ataque alegando que estaba dirigido contra un grupo «extremista» que planeaba atacar a los drusos.
Mientras tanto, un convoy militar druso partió desde Sweida, —el principal enclave de los drusos en Siria—, hacia Damasco para apoyar a los miembros de su comunidad. Sin embargo, el convoy fue atacado por fuerzas pertenecientes al Servicio de Seguridad General, integradas principalmente por miembros de tribus beduinas y combatientes de Daraa, con el objetivo de evitar que llegaran al lugar de los enfrentamientos en Jaramana.
Estas confrontaciones —según el sitio Siria Weekly— dejaron un saldo de 75 combatientes y 18 civiles muertos. Entre ellos, 48 eran «miembros de las milicias drusas», 28 eran integrantes de los aparatos de seguridad del gobierno y 14 civiles que murieron durante los enfrentamientos, además de cuatro civiles drusos que fueron asesinados por un misil guiado desde un dron israelí.
Desde la caída del régimen de Asad en diciembre, el destino de estas áreas de mayoría drusa —una comunidad religiosa unitaria que forma parte del islam ismailí—ha quedado en suspenso, en medio de la desconfianza de algunos líderes religiosos drusos que gozan de popularidad en su comunidad y poseen armas ligeras, medianas y pesadas, frente al nuevo gobierno. Mientras el gobierno busca desarmar estas zonas en coordinación con notables y líderes drusos que no tienen problemas para colaborar con Damasco, otros rechazan esta coordinación y las propuestas del nuevo gobierno.
Finalmente, ambas partes —el gobierno sirio y los dirigentes de la comunidad drusa— llegaron a un acuerdo que establece un alto el fuego en las zonas donde se desataron los enfrentamientos, la activación de las fuerzas de seguridad interna que operaban en la época del régimen de Asad en la ciudad de Sweida. Además el uso “exclusivo” de personal originario de la provincia de Sweida. Asimismo, la seguridad de la carretera Damasco-Sweida será responsabilidad del Estado sirio, según anunció el gobernador de esta provincia a través de la televisión siria.
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