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Momentos críticos: ¿Cómo se vive bajo los bombardeos?

Las imágenes de Gaza me recuerdan al infierno que viví en Siria.

Cuando escuchas el sonido del misil antes de caer, los latidos de tu corazón se aceleran, casi convulsionando de miedo. Es un ruido más aterrador que el propio sonido de su explosión. Cuando lo escuchas sientes como si viniera hacia ti, pero cuando el misil viene hacia ti no lo oirás hasta el último segundo. Sobreviví muchas veces a muchas bombas de diferentes tipos. Las más recientes e inolvidables, fueron en agosto de 2018, cuando el régimen sirio y su aliado ruso lanzaron una campaña militar contra mi ciudad, Daraa, en el sur de Siria utilizando la política de tierra quemada.

Salí del sótano donde dormía con mis amigos para protegerme de un posible bombardeo nocturno y salí a la terraza, donde mis amigos estaban tomando café. Éramos unas 15 personas, les saludé y me fui a lavarme la cara. Antes de llegar a la baño, vi un avión de combate en el cielo. Seguí mirando al cielo para ver si el avión iba a lanzar misiles o no, y de repente, a los pocos segundos, se escuchó el sonido de misiles viniendo hacia nosotros. Casi me revienta los tímpanos. En ese momento te sientes confundido y no sabes lo que tienes que hacer, porque en realidad, nada te va a proteger. Me pregunto a mi mismo: ¿Debo entrar a la casa? Qué idea tan estúpida. Si el misil cayera en la casa, permanecería bajo los escombros y mantendría a los vecinos ocupados rescatándome, en caso de estar vivo. Tal vez si me quedo afuera y me muero, mi cuerpo sería fácil de encontrar. 

Mis amigos se equivocaron y entraron a la casa y yo seguí corriendo afuera de derecha a izquierda y viceversa. Cayeron seis misiles alrededor de toda la casa, el más lejano estaba a 20 metros. La presión de las explosiones hizo que se rompieran puertas y ventanas, así como platos y tazas, provocando heridas leves a mis amigos. Uno se acerca a mí y me dice: “Mírame la espalda, creo que hay una herida”. La mano del otro estaba goteando sangre. Yo comencé a evaluar las heridas en ese momento, hasta que llegó la ambulancia e hizo su trabajo. Esta fue una de las veces aterradoras.

Menos mal que las mujeres y niños estaban en otro sitio un poco más lejos, porque lo más difícil en esos momentos es ocultar ese miedo a los niños y convencerles de que no tengan miedo y que lo que está pasando es sólo un juego o petardos. No es nada fácil convencerles. Son momentos de total horror e impotencia. Todavía sigo mirando al cielo en Madrid cada vez que escucho un avión.

En una situación de guerra, incluso los niños se convierten en expertos en saber el tipo de explosión y qué hay que hacer depende del tipo de ataque. Si el bombardeo es con proyectiles o artillería y tu casa consta de dos plantas, tienes un poco de suerte, porque estarás relativamente seguro si estás en la planta baja, porque el proyectil impactará en el piso superior. Esta no es una regla, cualquier cosa puede pasar.

Si se trata de un ataque aéreo, vamos muy mal, porque ningún lugar te protegerá. Quizás una trinchera o un túnel subterráneo. En Siria nos bombardearon con un tipo de misiles que cuando penetra en una casa, saca todo el aire del interior, provocando que la casa se derrumbe. Todo este proceso sucede en menos de un minuto. La primera vez que descubrí que la imagen o la luz era más rápida que el sonido, no ha sido en una lección de física de la escuela, sino fue cuando unos barriles explosivos cayeron de un hilecoptero a unos 300 metros de mí y yo estaba observando desde el tejado de la casa de mi tío en las afueras del pueblo, que sirvió de refugio a la familia y a los vecinos ante los bombardeos. Al principio el humo se elevaba espeso, y en ese momento me sorprendió que no hubiera explosión, pero pocos segundos después los barriles explotaron. Debido al horror de este momento, no se me ocurrió sacar el móvil del bolsillo y documentar esta escena, que solo había visto en películas.

Cuando el bombardeo es tan violento como el que he vivido y ahora está sufriendo Gaza, tienes que estar preparado en cualquier momento. Siempre te dirás a ti mismo que el próximo misil caerá sobre mí, y así sucesivamente.

كاتب

  • Okba Mohammad

    Cubrió la guerra en el sur de Siria de 2015 a 2018 con medios locales. También se ha dedicado a documentar violaciones de derechos humanos de detenidos durante el conflicto. En 2019 trabajó como corresponsal independiente en Turquía y posteriormente viajó a España, donde ha colaborado con medios como Global Voices y el diario Público. Actualmente trabaja como reportero en Baynana

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Okba Mohammad

Cubrió la guerra en el sur de Siria de 2015 a 2018 con medios locales. También se ha dedicado a documentar violaciones de derechos humanos de detenidos durante el conflicto. En 2019 trabajó como corresponsal independiente en Turquía y posteriormente viajó a España, donde ha colaborado con medios como Global Voices y el diario Público. Actualmente trabaja como reportero en Baynana
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