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Entre la resignación y el optimismo: así celebran el segundo Ramadán de Covid-19 los musulmanes en España

El martes comenzó el mes de Ramadán para los más de dos millones de musulmanes que viven en España. Por segundo año consecutivo, quienes profesan el islam tratan de adaptar la celebración de esta tradición a la epidemia Covid-19, para la que el Comité Islámico español recomendó adherirse a las medidas de precaución y salud vigentes

Con la aparición de la media luna arrancó el Ramadán, anunciando el inicio de esta celebración de un mes para musulmanes de todo el mundo. Esta tradición implica el ayuno desde el amanecer hasta el atardecer, pero también conlleva otros muchos valores espirituales y significados. En España, muchos migrantes musulmanes tratan de recrear el ambiente y costumbres que vivían en sus países natales. Y ello, pese a que el coronavirus parece haber ganado otra ronda al Ramadán por segundo año consecutivo.

Fatima Boukabous, argelina en la cuarentena que vive en España desde hace 17 años, llevaba una semana preparándose para dar la bienvenida al mes sagrado junto a su marido y sus tres hijos. Ansiosa por familiarizar a los más pequeños con la importancia de estas fechas y sus costumbres, comprar todos los alimentos necesarios para el iftar (la comida con la que se rompe el ayuno…), limpiar su casa, decorar el salón con medias lunas y lámparas luminosas…

Los musulmanes consideran el Ramadán como una oportunidad para la purificación. Ayunando, orando y leyendo el Corán durante el día y también de noche. En este mes, también se aprende sobre paciencia, humildad y empatía hacia los más pobres. También es una oportunidad para reforzar la capacidad de afrontar dificultades y, debido al menor consumo de comida, tabaco o bebidas excitantes, una forma saludable de limpiar el organismo.

En 2020, la celebración transcurrió bajo el Estado de Alarma y en confinamiento total. Tanto en España como en la mayoría de los países del mundo, se tuvieron que cancelar todas las actividades y costumbres sociales que se suelen realizar en familia y comunidad.

El año pasado, Fátima decidió tomárselo con optimismo: como no era posible realizar actividades externas, «aproveché el tiempo y miré el lado positivo, que es la reunión con la familia y la realización de los rituales del Ramadán de la manera más hermosa».

Dos personas se preparan para el iftar comprando comida en el barrio de Lavapiés, en Madrid, el segundo día del Ramadán
Mohammad Shubat©

Sin embargo, lo que Fátima más añora de los años anteriores a la pandemia son las cenas grupales del Ramadán. Allí solía invitar a algunos jóvenes migrantes sin papeles. «Durante el mes del Ramadán, tratamos de invitarles a nuestra casa para romper el ayuno y conversar, y así poder ayudarles a vivir el ambiente familiar del Ramadán con nosotros», explica.

Celebraciones discretas por las medidas sanitarias ante la pandemia

Esta semana, la Comisión Islámica en España publicó un comunicado refiriéndose a las circunstancias excepcionales que atraviesa España. El estado de alarma continúa y las autoridades sanitarias nacionales y autonómicas siguen siendo cautelosas. Pidió a la comunidad musulmana que extreme las medidas para evitar la transmisión del virus. Asimismo, recomendó no montar mesas de iftar en las mezquitas para evitar el hacinamiento y el riesgo de contagio. Recordó la necesidad de mantener las distancias necesarias de seguridad entre personas, así como el uso correcto de mascarillas en todo momento.

El Dr. Sami Al-Mishtawi, responsable de asuntos culturales e islámicos del Centro Cultural e Islámico de Madrid, explicó a Baynana que están trabajando en colaboración con el Ayuntamiento de Madrid para distribuir cestas de alimentos a las familias con bajos recursos. La llamada canasta de Ramadán, que incluye productos para romper el ayuno como dátiles, botellas de agua, leche y dulces, se entregará a familias que el Ayuntamiento señale como beneficiarias, aseguró Al-Mishtawi.

En Ramadán, los musulmanes realizan oraciones Tarawih, un rezo nocturno que incluye la lectura del Corán y generalmente se realiza en congregación en la mezquita. «Al-Mishtawi» indicó que este año será difícil hacerlo en las mezquitas debido a que la oración vespertina coincide con el toque de queda en muchas ciudad.

Ramadán lejos de casa

Mohammed Boudarbla, marroquí de 24 años, vive en España desde hace casi tres. Comparte casa con sus amigos y este es su tercer Ramadán en Madrid, lejos de su familia. A la hora de romper el ayuno, conversa con ellos por Internet para sentir que está cerca de los suyos en estas fechas tan importantes. Explica que añora esos días y el ambiente de Ramadán en su país, celebrarlo con la familia e ir a la mezquita. También echa de menos la «Haririya» y «Chebakia«, sus comidas favoritas de Marruecos. En Madrid, el primer año solía hacer el iftar con la comida que sirven en la mezquita. Antes de la pandemia eran almuerzos en comunidad, pero este año por la pandemia están ofreciendo comida para llevar en una Mezquita en la zona de Vallecas, explica.

Mohammed Boudarbla, marroquí de 24 años, celebra su tercer Ramadán lejos de su familia
Mohammad Shubat© 

Por su parte, Fatima trata de hacer Ramadán de acuerdo con “las costumbres y tradiciones argelinas, con la preparación de la mesa, platos tradicionales de mi país, como el Frik argelino sopa y el borak o bourek, que es con verduras y carne o con pollo… También preparamos un tipo de pan que en Argelia llamamos Kasra, además de ensaladas de todo tipo, sobre todo a la parrilla. Con todos estos platos intentamos crear una atmósfera de Ramadán como en casa”, afirma.

Mohammed, el joven marroquí, confiesa que extraña su país cuando comienza este mes. En Marruecos toda la gente se felicitaba en la calle con la frase “Ramadan Mubarak” que significa “Feliz Ramadán», recuerda. Aunque en Madrid recibe algunas felicitaciones y muestras de cariño y empatía. Su profesor de español, que ahora es su amigo, practica el Ramadán todos los años. “Nos dice a mí y al resto de alumnos que lo hace porque es bueno para la salud, pero lo que le impulsa a ayunar es también su amor por los musulmanes y la cultura islámica, y que tiene muchos amigos marroquíes”, cree Mohammed.

En cuanto a Fátima, también tiene muchos amigos de nacionalidad española, y algunos se suman a compartir esta tradición. Eva, una amiga muy cercana, ayuna algún día y luego hace el iftar con ella y su familia porque le encanta ese ambiente y esos rituales, afirma. La mayoría de los españoles no tienen mucha idea sobre el Ramadán, cree la argelina: “Lo ven sólo como ayunar en comida y bebida, pero no saben que es un mes sagrado para los musulmanes, que es un mes de adoración y purificación”. Ella dedica tiempo a explicar a sus amigos el significado de este mes y lo que se hace en este periodo; sobre las costumbres y tradiciones o sobre la importancia de felicitar por estas fechas como se felicita por Navidad. “Les hice reflexionar sobre el tema y ahora me felicitan y me visitan a casa durante el mes».

كاتب

  • Ayham Al Sati

    صحفي سوري، يعيش في مدريد منذ عام 2019. مؤسس ومحرر في مجلة بيننا، متخصص في الأدب العربي من جامعة دمشق، وعمل كصحفي خلال الحرب في سوريا منذ العام 2011. Es un periodista sirio. Vive en Madrid desde el año 2019. Cofundador y editor en la revista de Baynana.es. Es especialista en Literatura Árabe por la Universidad de Damasco y trabajó como periodista durante la guerra en Siria desde el año 2011. 

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Ayham Al Sati

صحفي سوري، يعيش في مدريد منذ عام 2019. مؤسس ومحرر في مجلة بيننا، متخصص في الأدب العربي من جامعة دمشق، وعمل كصحفي خلال الحرب في سوريا منذ العام 2011. Es un periodista sirio. Vive en Madrid desde el año 2019. Cofundador y editor en la revista de Baynana.es. Es especialista en Literatura Árabe por la Universidad de Damasco y trabajó como periodista durante la guerra en Siria desde el año 2011. 
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