fbpx
NUESTRAS HISTORIAS

Ismail El Majdoubi : “La fé me ha ayudado a resistir, a seguir adelante”

Hablamos con Ismail El Majdoubi, fundador de la asociación Exmenas, estudiante de gestión administrativa y mediador social en un centro de emergencia para migrantes.

Ismail El Majdoubi es un joven de 24 años que nació en Marruecos. Llegó a España cuando tenía 16 años. Pasó por centros de menores y se implicó con la Cruz Roja en un proyecto con menores migrantes antes de crear su propia asociación, Exmenas.  Ahora vive en Madrid donde trabaja como mediador social en un centro de emergencia para migrantes y estudia gestión administrativa.

“Cuando cuento mi historia el objetivo no es que me conozcan a mí, sino que conozcan la realidad detrás de estas historias. Por eso yo digo que me molesta que se hable de cosas personales, de cosas que igual me cuesta decirlas. Lo digo a modo de sacrificio, no es de un bien personal”, dice Ismail El Majdoubi.

Su historia empezó en Castillejos, un pueblo marroquí cercano a Ceuta, donde nació. Hizo una travesía muy peligrosa agarrándose a un camión a los 16 años para llegar a España. Luego pasó por varios centros de menores, antes de alcanzar la mayoría de edad y vivir en un piso, gracias a una fundación. Sin embargo, nunca olvidó la dura realidad de los centros, que describe como centros de detención. Se implicó con la Cruz Roja en un proyecto con menores migrantes antes de crear su propia asociación ‘Exmenas’. 

Fútbol, encuentros y apoyo

Ismail nunca ha dejado de actuar en beneficio de los jóvenes migrantes. Cada fin de semana, acampa al borde del campo de fútbol animando a su equipo : «¡Sir! ¡Sir! ¡Sir!». Se pone así la camiseta de entrenador, explica tímidamente. Su equipo es Exmenas, la asociación que fundó en 2019 con otros jóvenes ex-tutelados no acompañados como él.

Más que una asociación, ‘Exmenas’ es un grupo, un lugar de encuentro. “La asociación oficial solo la hemos fundado hace un año y medio. Pero sigue siendo esa idea de grupo de jóvenes que están pasando por situaciones similares que quieren ayudar a otros y que puedan conocerse, intercambiar ideas, experiencias, historias…” , explica.

El grupo ayuda a los jóvenes a «buscar formación, derivar recursos, actividades de ocio, cuestiones legales y jurídicas, regularizar su situación y obtener documentos». Sin olvidar, por supuesto, el equipo de fútbol. Así que cada uno puede implicarse como quiera. Algunos sólo conocen la asociación a través del fútbol. Única consigna : «ni asistencialismo, ni paternalismo».

La mayoría de edad, un nuevo reto

A la hora de cumplir sus 18 años, el ambiente no era de fiesta para Ismail porque muchos jóvenes salen de los centros de menores indocumentados y acaban viviendo en la calle. No solo dejan de estar tutelados, sino que no disponen de un permiso de trabajo y se enfrentan a trabas burocráticas. Pero Ismail tuvo suerte en cierto modo: “Soy un privilegiado por estar en un piso desde la mayoría de edad,pero siempre he sido empático con los compañeros”, recuerda. 

Para Ismail, la salida de estos centros fue también el punto de partida de la asociación. Considera que no ofrecen oportunidades de integración en la sociedad. Según confirma Save the Children, que denunció la falta de información y de servicios de traducción. Los testimonios recogidos también indican que la presunción de minoría de edad se vulnera con frecuencia y que el proceso de determinación de la edad es invasivo, no respeta la dignidad de las personas además de ser llevado a cabo sin ninguna asistencia jurídica. La fundación PorCausa, por su parte, subraya en un informe de 2021 «las denuncias de abusos, malos tratos y condiciones de hacinamiento».

Por aquel entonces, era voluntario para la Cruz Roja. “ Había ciertas cosas que no podía hacer allí por ejemplo incidencia política, denuncia social, crear vínculos con la sociedad civil, tejidos sociales en los barrios donde se ubican los centros de menores…”, relata. Una frustración que surgió en el momento de las elecciones generales en el país: “Salió un debate político, donde el tema más debatido era los menores extranjeros. Se explotó muchísimo negativamente, a difamar, desinformar y deshumanizar de manera muy violenta, hasta hubo manifestaciones nazis en los centros de menores.” Así que necesitábamos a alguien que dijera algo, que respondiera a todo eso, recuerda.

Ismail tiene ahora 24 años y siempre tiene una sonrisa en la cara. Cuando empezamos a hablar, la conversación comenzó en francés, pero de manera natural pasamos al español. Son muchos idiomas para el joven marroquí, que sigue sobre todo apegado al árabe:  “Cualquier lengua no es como la lengua materna, aprendas lo que aprendas. Desde el exterior nadie lo puede detectar, pero tu sí, desde dentro, sabes”. 

La misma ternura expresa cuando habla de su pueblo, Castillejos, al que vuelve siempre que tiene vacaciones: “Puede que haya muchas cosas que son mucho mejor para otros, pero para mí esta es la mejor, porque tiene un sentimiento adicional que es el saber que es bonito y que es mío”. Lo que más recuerda de su infancia es la «libertad» de las tardes en la playa donde «nadie te molesta» y las horas las pasaba pescando.

Cuando la migración rompe los vínculos

Tuvo que abandonar su pueblo a los 16 años porque no le ofrecía perspectivas de futuro. Lo que le ayudó a superar semejante calvario a tan temprana edad viene de su familia y es, sin dudarlo, su fe: “Me ha ayudado a asumir muchas cosas, momentos muy complicados, muy difíciles, en los que muchas personas pueden a lo mejor tirar la toalla, rendirse. Esa fe, esa voluntad te ayuda a resistir, a seguir adelante”. Asegura que no solo no la ha perdido nunca, sino que se ha incrementado.

La migración deja su huella, inevitablemente, aunque Ismail se muestre de una pieza y sepa mantener en secreto las cosas más íntimas. Para él, la travesía supuso un rápido paso a la edad adulta, que afectó profundamente a la relación con su único pariente: su madre. “Te falta un cacho porque eres dependiente y de repente eres totalmente independiente. No hubo un proceso, no has conseguido solo porque hubo un corte. Lo has conseguido desde fuera, esta autonomía, este ‘ya soy adulto’. Sigues diciendo mamá voy a ir con tal, guardando este respeto pero ya no es igual”. Sigue cuidando esta relación mediante llamadas telefónicas regulares y visitas a Castillejos siempre que puede.

Migrar también significa perder lazos. Cuando ya no se vive en el mismo lugar, las conversaciones entre amigos se vuelven más insípidas y apagadas. “Es un sentimiento de pena, de tristeza encontrarte con alguien que teníais un sentimiento muy fuerte antes. Ese ‘Hola, ¿qué tal? ¿cómo estás?’ le das un abrazo pero no es lo mismo”, recuerda. Así que a Ismail le quedan pocos amigos en Marruecos. “Las personas aunque tienen un sentimiento muy fuerte y te dicen ahora mismo ‘nunca te olvidaré’, también acaban olvidando. Haces un esfuerzo para adaptarte, hacerte hueco y hacer tu vida aquí entonces no te da tiempo para dedicarte a otras cosas. No puedes ir en contra, es culpa del tiempo”. 

Sus amigos actuales son, en su mayoría, migrantes o amigos de trayecto que han pasado con él por centros de menores. “Si vas en un grupo de españoles, la mayoría no acaban de asumirte como uno igual, siempre sale el tema de tu historia, de que eres moro. Pero tu historia no te tiene que condicionartodo. Es una cosa que ya hemos superado, ahora mismo somos jóvenes normales” relata. Pero no lo ve como un problema porque sabe «marcar sus límites».

Durante su estancia en el centro de menores, se mantuvo ocupado practicando la caligrafía árabe. “Me gusta dibujar desde siempre, dibujo desde mi imaginación, algún paisaje, personajes de dibujos animados, pero ahora estoy dibujando con letras, haciendo caligrafía.”  La expresión artística, sobre todo esta, que es una actividad lenta y que requiere mucho tiempo, es una forma de encontrar la paz, tal como la fe : ”Es una cosa que también me ayudó mucho a mantener la calma, la tranquilidad. Cuando estaba en centro de menores hacía un montón de caligrafía árabe, desde entonces me enamoré mucho en ella”.

Hoy, espera poder ir a la universidad, algo difícil porque no pudo hacer el bachillerato al verse obligado a trabajar cuando llegó a España. También espera poder seguir desarrollando ‘Exmenas’. Siempre en movimiento, Ismail casi nunca dice no cuando se trata de ayudar: “Si me preguntan yo respondo y me pongo en marcha”.

كاتب

En español

Apóyanos
Con tu aportación haces posible que sigamos informando

Nos gustaría pedirte una cosa… personas como tú hacen que Baynana, que forma parte de la Fundación porCausa, se acerque cada día a su objetivo de convertirse en el medio referencia sobre migración en España. Creemos en el periodismo hecho por migrantes para migrantes y de servicio público, por eso ofrecemos nuestro contenido siempre en abierto, sin importar donde vivan nuestros lectores o cuánto dinero tengan. Baynana se compromete a dar voz a los que son silenciados y llenar vacíos de información que las instituciones y las ONG no cubren. En un mundo donde la migración se utiliza como un arma arrojadiza para ganar votos, creemos que son los propios migrantes los que tienen que contar su historia, sin paternalismos ni xenofobia.

Tu contribución garantiza nuestra independencia editorial libre de la influencia de empresas y bandos políticos. En definitiva, periodismo de calidad capaz de dar la cara frente a los poderosos y tender puentes entre refugiados, migrantes y el resto de la población. Todo aporte, por pequeño que sea, marca la diferencia. Apoya a Baynana desde tan solo 1 euro, sólo te llevará un minuto. Muchas gracias.

Apóyanos
ادعمنا
بمساهمتك الصغيرة تجعل من الممكن لوسائل الإعلام لدينا أن تستمر في إعداد التقارير

نود أن نسألك شيئًا واحدًا ... أشخاص مثلك يجعلون Baynana ، التي هي جزء من Fundación porCausa ، تقترب كل يوم من هدفها المتمثل في أن تصبح وسيلة الإعلام الرائدة في مجال الهجرة في إسبانيا. نحن نؤمن بالصحافة التي يصنعها المهاجرون من أجل المهاجرين والخدمة العامة ، ولهذا السبب نقدم دائمًا المحتوى الخاص بنا بشكل علني ، بغض النظر عن المكان الذي يعيش فيه القراء أو مقدار الأموال التي لديهم. تلتزم Baynana بإعطاء صوت لأولئك الذين تم إسكاتهم وسد فجوات المعلومات التي لا تغطيها المؤسسات والمنظمات غير الحكومية. في عالم تُستخدم فيه الهجرة كسلاح رمي لكسب الأصوات ، نعتقد أن المهاجرين أنفسهم هم من يتعين عليهم سرد قصتهم ، دون الأبوة أو كراهية الأجانب.

تضمن مساهمتك استقلالنا التحريري الخالي من تأثير الشركات والفصائل السياسية. باختصار ، الصحافة الجيدة قادرة على مواجهة الأقوياء وبناء الجسور بين اللاجئين والمهاجرين وبقية السكان. كل مساهمة ، مهما كانت صغيرة ، تحدث فرقًا. ادعم Baynana من 1 يورو فقط ، ولن يستغرق الأمر سوى دقيقة واحدة. شكرا جزيلا

ادعمنا
Botón volver arriba