La comunidad marroquí en España trabaja intensamente para ayudar a los afectados por el terremoto
Cuando se produjo el terremoto en Marruecos, el Reino rechazó la ayuda de unos países y aceptó la de otros, pero la comunidad marroquí en España no se quedó de brazos cruzados y se apresuró a ayudar a las zonas afectadas.
Ayham Al Sati – Okba Mohammad
El terremoto de Al Haouz que sacudió Marruecos el pasado 8 de septiembre, ha dejado casi tres mil muertos y más de 2.500 heridos. El seísmo, considerado el mayor ocurrido en la región en un siglo, ha hecho que la comunidad marroquí en España se movilice y muestre una gran cooperación y organización para tratar de aliviar a los afectados.Tras recibir la noticia con tristeza y temor por sus familiares, individuos y asociaciones aunaron fuerzas lanzando campañas de donación, y algunas de ellas incluso se trasladaron al lugar del desastre para brindar asistencia a los afectados.
Mohamed Al-Ibrahimi, de 50 años, es uno de los miembros de la comunidad marroquí que respondió a lo ocurrido en su país de origen. Desde hace 32 años vive en España, a donde llegó cuando tenía dieciocho años. Él es originario de Alhucemas, ciudad en el norte de Marruecos que sufrió otro terremoto en 2004. Por ello, sabe muy bien cómo puede sentirse una persona mañana bajo los escombros de su casa, o afuera, sin ropa, comida o abrigo. “Hoy quiero ayudar a esta gente, porque en el terremoto anterior [ocurrido en su ciudad] hubo personas que ayudaron a mi familia” dice Al-Ibrahimi. En aquella época, no pudo ayudar a los damnificados porque no tenía apenas dinero pese a trabajar todo el tiempo.
Al-Ibrahimi tiene un bazar en Torrejón de Ardoz (Madrid), y una empresa de transporte de España a Marruecos y esta vez sí ha podido contribuir «Ahora sí puedo ayudar.” Rápidamente se puso en contacto con personas de su entorno para buscar formas de dar apoyo y comenzó una colecta de bienes básicos. Asegura que la respuesta fue buena, pues la gente trajo mantas, edredones, y ropa nueva y usada, que fueron entregados en su bazar y en lugares públicos como centros comerciales de la zona.
De hecho, logró movilizar cuatro camiones y enviar dos de ellos inicialmente a la frontera. El resto se enviaría más tarde. Todavía hoy no han entrado en Marruecos, por problemas “burocráticos”, explica. Se espera que esta semana lleguen los camiones una vez preparados todos los documentos necesarios.
Los vecinos de Al-Ibrahimi pasan de un lado a otro frente a su tienda, preguntándole si aún sigue recibiendo ayuda para los afectados por el seísmo y él, con una sonrisa, les responde que el almacén está lleno y de momento no recibir más materiales “Toda la gente es muy amable, y vienen con coches llenos de ayuda, ciudadanos españoles, marroquíes, todos” expresa agradeciendo a la gente su colaboración.
ِAyudas de ONGs y asociaciones movilizadas
La joven Yasmine Mutawakel Al-Khairy, estudiante de bachillerato de 18 años, llegó a España hace solo dos años. Desde que recibió la noticia del terremoto empezó a buscar formas de ayudar como voluntaria en asociaciones especializadas en este campo. Así entró en la Asociación Marroquí, que trabaja en el ámbito de la integración de migrantes en España y ha sido una de las entidades que más donaciones ha logrado recolectar en Málaga, Sevilla y Granada.
La asociación destacó que la asistencia no se limitará solo a la respuesta inmediata, sino que se centrará en la reconstrucción de algunas instalaciones básicas, como escuelas y centros de salud, por lo que se centran en el objetivo de sentar las bases de “un futuro sostenible para las aldeas afectadas”.
Al-Khairy ayuda a recoger alimentos, productos de higiene para adultos y niños, ropa, mantas, tiendas de campaña y suministros médicos. «En la asociación hemos organizado un lote de productos básicos que los afectados por el terremoto pueden utilizar. Esta campaña ya ha terminado, pero hay otra de crowdfunding durante la cual se está recaudando dinero para apoyar la reconstrucción de la zona devastada” explica la joven.
Para Salima Abdelsamie,fue un poco diferente de Al-Ibrahimi y Al-Khairi, ya que el terremoto acortó las vacaciones que estaba pasando con su familia en su pueblo situado cerca de la ciudad marroquí de Oujda. Desde los primeros momentos del desastre, Abdelsamie se apresuró a iniciar contactos con la Organización Al Zahraa, con la que trabaja como coordinadora de proyectos, para elaborar una estrategia que permitiera brindar apoyo y asistencia adecuadamente. Esta ONG trabaja principalmente para promover la cooperación cultural, social y económica entre España y Marruecos. Desde sus sedes en varias ciudades españolas lanzó una campaña de donaciones y su equipo sobre el terreno también comenzó a prepararse para construir las escuelas afectadas y adquirir medicamentos y material sanitario para enviarlos a hospitales de Marruecos. “Compramos materiales para los hospitales, especialmente para las mujeres que están a punto de dar a luz y otros enseres básicos como ropa”, dice la coordinadora por teléfono.
Abdelsamie vive en España desde que llegó con su familia cuando tenía 11 años y sobre la respuesta de la comunidad marroquí al terremoto de Marruecos en España comenta: “Los ciudadanos marroquíes movilizaron sus esfuerzos para apoyar y prestar asistencia a los afectados por el terremoto y lo valoramos como algo muy positivo”. La coordinadora también señala que hay otro proyecto que están implementando, que es apoyo psicológico a niños afectados a través de un equipo de psicólogos sobre el terreno.También están trabajando en un proyecto de paneles solares en las zonas afectadas, para que puedan obtener electricidad.
La ayuda se dirige a los pueblos marginados
Los entrevistados coincidieron en que las ayudas que recaudaron y están recibiendo en España, ya sea a nivel individual o colectivo, se centrarán más en aquellos pueblos pobres y marginados de Marruecos, que fueron los más afectados como resultado del desastre, donde la infraestructura es frágil y los edificios están construidos de manera tradicional. Estos pueblos afrontan grandes dificultades para recibir ayuda debido a sus carreteras montañosas.
El ciudadano español de origen marroquí Saeed Bourahim acudió a esas zonas remotas para echar una mano repartiendo tiendas de campaña a quienes perdieron sus hogares, desde la asociación con la que trabaja, Muslim Relief, una organización de ayuda con sede en en España y que opera en nueve países diferentes. La misión de Bornheim y de esta asociación se encuentra en la etapa de envío de tiendas de campaña, objetivo que fue precedido por la distribución de alimentos y la ayuda de emergencia. Hoy continúan recolectando donaciones para implementar más proyectos.
Varios países de todo el mundo se habían ofrecido a prestar ayuda a Marruecos, pero el Reino fue selectivo a la hora de aceptarla, ya que solo aceptó a países que describió como amigos, entre ellos España, Qatar, Reino Unido y Emiratos Árabes Unidos. Sin embargo, rechazó las ayudas de otros países como Francia y Argelia, país vecino. Las autoridades justificaron esta negativa diciendo que querían mantener el control y no querían correr el riesgo de una situación potencialmente caótica que pudiera conducir a resultados adversos.
Marruecos destinó 120.000 millones de dírhams para el desarrollo de las regiones afectadas por el terremoto, incluidas subvenciones financieras para restaurar viviendas, preparar carreteras y ayudar a los 2,8 millones de personas afectadas. También el gobierno anunció su intención de desembolsar 250 dólares mensuales a cada familia afectada por el terremoto, según Anadolu (Agencia de Noticias Turca).
El Fondo Monetario Internacional (FMI) aprobó proporcionar ayuda a Marruecos por valor de 1.230 millones de euros. Esta asistencia tiene el objetivo de apoyar al país norteafricano a avanzar en su transición hacia una “una economía más verde” y ayudar a fortalecer al país en su preparación frente a futuros desastres naturales.
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