Para jugar al fútbol también hacen falta papeles
Lágrimas de alegría de un refugiado sirio tras una batalla burocrática de tres años para poder jugar al fútbol oficialmente en Portugal
Alborotaron los medios portugueses e internacionales con un impactante vídeo tras uno de los entrenamientos del club Águias Negras de Tabuadelo. Uno de los jugadores del equipo entregó un mensaje a su compañero Ali Al-Hassan, dentro estaba su tarjeta de acreditación oficial.
Ali Hassan lloró de alegría tras escuchar las palabras de sus compañeros. Eran lágrimas de alegría pero también de cansancio, tras tres años de espera hasta obtener el registro que le permite jugar, por fin, de manera oficial en el club portugués Águias Negras de Tabuadelo. El 24 de marzo Ali se convirtió “oficialmente” en futbolista aunque ya lo era antes. Sus compañeros estaban felices por él, era también un día inolvidable para ellos y el club. Describieron a Ali como inteligente, seguro y enfocado, firme, responsable y puntual. Se distingue por su bella apariencia y sonrisa.
Después de varios mensajes, Baynana logró comunicarse con Ali y entrevistarlo a través de WhatsApp. La conversación fue en árabe y kurdo ya que Alí no habla árabe. Además, en la entrevista se intercalaban con algunas palabras en portugués y castellano. El padre de Ali Hassan es originario de la ciudad de Afrin, en el norte de Siria. La familia de Ali tuvo que abandonar su ciudad natal como desplazados internos, huyendo de la muerte, cuando Ali apenas tenía 8 años.
Llegó con su familia a Portugal en 2017, gracias a un programa de reasentamiento de las Naciones Unidas. Cinco años después de su llegada, la familia de Ali ha logrado obtener todos los documentos oficiales. “Nuestra salida de Siria fue muy difícil, cruzamos la frontera siria hasta llegar a Turquía ilegalmente. Mis hijos eran pequeños, ahora llevamos unos cinco años viviendo en Portugal como refugiados. Mi familia y yo estamos felices aquí”, dice el padre de Ali, sentado junto a su hijo, sonriente durante toda la entrevista.
Las dificultades a las que se enfrentan los refugiados en su nueva vida
El amor de Ali por el fútbol lo impulsó a unirse a Águias Negras de Tabuadelo, pero lo que se interpuso en su camino deportivo fue su registro oficial en el club, ya que para conseguirlo le pedían que presentara documentos de Siria que Ali no tiene porque huyó del país siendo solo un niño en medio de una guerra. Por esta razón no pudo registrarse oficialmente en el club. “No pudimos traer nada de Siria, ya que no tengo una identidad nacional y no estaba registrado en ninguno de los clubes sirios allí. No pude jugar en mi país. Jugar al fútbol es mi sueño y mi pasatiempo favorito”, relata Ali.
A pesar de esto Ali se unió al club y estuvo entrenando con ellos, aunque no podía jugar partidos oficiales junto a sus compañeros. «Fue mucho tiempo, pasaron tres años, pero siempre viví con la esperanza de poder jugar en una competición oficial como el resto de mis compañeros de equipo «, explica Ali en kurdo mientras su padre hace las veces de traductor al árabe.
Lucha burocrática por el fútbol
Esto no impidió que Ali continuará persiguiendo su sueño con determinación y persistencia. Como Ali, decenas de niños refugiados pasaron por algo parecido pero en algún momento perdieron la esperanza de continuar y obtener los documentos que necesitaban, según nos contaba Ali. Tras tres años de espera Ali consiguió por fin los papeles que necesitaba para practicar la afición que ama a pesar de no estar inscrito oficialmente en el club. “Cuando tienes un sueño, debes tener paciencia y luchar por él y nunca perder la esperanza. Así me enseñó la vida a pesar de su crueldad», explica Ali.
Los directivos del club Águias Negras de Tabuadelo escribieron en las redes sociales: «A lo largo de estos tres años intensos de lucha burocrática, siempre se mostró tranquilo, persistente y optimista, lo que facilitó el proceso. Con él aprendemos a no desistir nunca de nuestros sueños, aunque parezcan imposibles de alcanzar. Aquí tienes tu primera tarjeta, estás registrado oficialmente. Gracias Ali, por esperar y nunca rendirte, pero también por todo lo que nos has enseñado».
Ali goza del cariño y el respeto de todos sus compañeros, es el delantero del club y luce con orgullo el número 9 del equipo. Durante esta temporada anotó 30 goles y quiere más. «Mi futbolista preferido es Cristiano Ronaldo. Hoy juego en el mismo país de donde él salió. Pasó grandes dificultades antes de convertirse en una estrella mundial. Espero algún día llegar a ser jugador profesional y poder jugar en el Real Madrid, mi equipo favorito”, cuenta.
Ali es uno de los miles de migrantes y refugiados sirios en Europa que no pudieron tener la oportunidad de jugar al fútbol o cumplir su sueños en Siria por culpa de la guerra. Ahora en Portugal se esfuerzan por lograr su sueño a pesar de las dificultades y desafíos que se presentan en el camino. Ali continúa esforzándose por seguir marcando goles.
كاتب
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