fbpx
INICIODERECHOSPOLÍTICA

Refugiados sirios en el Líbano: entre la deportación a Siria o intentar llegar a Europa por mar 

Las autoridades libanesas deportaron a más de 13.000 refugiados sirios en 2023. Estas deportaciones se intensificaron a partir de mayo de este año, con un aumento de la represión, redadas y detenciones de ciudadanos sirios. Según la Red Siria de Derechos Humanos, al menos dos refugiados fueron asesinados bajo tortura tras ser expulsados por la fuerza desde Líbano.

El refugiado sirio Sharif Bakr, de 30 años, no ha salido de su casa en Trípoli, en el norte del Líbano, durante más de tres semanas por miedo a ser arrestado por las autoridades libanesas, que han intensificado las redadas y detenciones de refugiados sirios recientemente con el objetivo de deportarlos a su país. Para él, la deportación a Siria significaría la muerte, según expresa durante una llamada con Baynana. Bakr vive en Líbano desde que desertó del primer cuerpo del ejército del régimen de Bashar Al Assad en octubre de 2015, cuando la guerra en el país estaba en su punto álgido.

Su deserción, al igual que la de miles de sirios, se produjo después de que se le ordenara ir a combatir a Daraa, en el sur del país, pero el jovén prefirió huir antes que matar a sus compatriotas. “No quiero matar a nadie”, cuenta con una voz llena de miedo. “No quiero nada del mundo, solo vivir en paz, asegurar comida para nuestros hijos y pagar el alquiler de la casa. Tengo un hijo, una esposa y padres ancianos, ¿qué les pasará si me deportan y me matan?”, añade.

“La deportación significa ejecución, la deportación significa muerte”, repite el joven.

La expulsión de refugiados sirios desde  Líbano se ha convertido en una pesadilla para muchos de ellos. Especialmente, para los desertores del ejército y los opositores políticos, quienes podrían enfrentar tortura o muerte como castigo si son devueltos forzosamente a su país. La pena por deserción en tiempos de guerra varía entre la ejecución, la cadena perpetua o largas penas de prisión, según la ley de sanciones militares siria,

Deportación y muerte bajo tortura

Los temores de Sharif Bakr son los mismos que sufrió Ahmad Al Halili, nacido en Damasco y con 31 años. Al Halili fue torturado por las fuerzas del régimen sirio en la rama Palestina de la inteligencia militar en Damasco tras ser deportado del Líbano, según la Red Siria de Derechos Humanos, especializada en documentar violaciones contra los derechos humanos de todas las partes en conflicto en Siria.

Al Halili procede del barrio Barzeh en Damasco y se refugió en el Líbano después de desertar del ejército en 2021. Un residente de su barrio, que convivió con él durante los años de asedio en esa área, relata a Baynana algunos detalles sobre su deportación y muerte.

Las autoridades libanesas arrestaron a Al Halili en Beirut el 10 de mayo de 2024 y lo entregaron al régimen sirio solo cinco días después, indica el joven, que pide no revelar su nombre por razones de seguridad relacionadas con el país en el que reside. Al Halili fue llevado a una oficina de la Dirección de la Inteligencia Militar Siria conocida como (rama Palestina) y, tras 22 días de detención, salió de allí directamente a cuidados intensivos en el hospital Al-Mujtahid en la capital siria. Aproximadamente un mes después, el 6 de julio, el joven falleció. Su familia evita hablar sobre la tortura y las circunstancias de su muerte por miedo a represalias.

El joven Ahmad Al Halli, quien falleció tras ser torturado en una de la rama de la Inteligencia Militar Siria conocida como Palestina, después de ser deportado forzosamente desde el Líbano en mayo de 2024, según la Red Siria de Derechos Humanos. Foto: redes sociales.

Ahmad Al Halli es el segundo refugiado que muere bajo tortura en las cárceles del régimen sirio en menos de tres meses, según un informe reciente de la Red Siria de Derechos Humanos. Otro refugiado, llamado Ahmad Adnan Shamsi Al-Haidar, fue deportado forzosamente desde el Líbano en abril de 2024. También fue arrestado por la misma rama, (Palestina) a su regreso y luego trasladado a la oficina de seguridad militar en la ciudad de Deir Ez-Zor, de donde era, en la región oriental del país. Este jovén también murió allí a consecuencia de la tortura, según afirma la Red Siria de Derechos Humanos.

La Red ha documentado la detención de 126 personas por las fuerzas del régimen sirio, todas refugiadas que habían sido deportadas forzosamente desde el Líbano en 2024, incluyendo cuatro niños y tres mujeres.

Baynana no ha recibido respuestas a las preguntas que dirigió a la Seguridad General libanesa, relacionadas con la expulsión de refugiados sirios, cuyas vidas estaban en peligro, y que en algunos terminaron en muerte.

Activista político en peligro

En marzo pasado, el activista e investigador del Movimiento Futuro de la oposición siria, Jomaa Lahib, recibió una orden de expulsión del Líbano cuando fue a renovar su tarjeta de residencia ante la Seguridad General, el organismo responsable de supervisar a los extranjeros y sus residencias. «Un oficial de la Seguridad General me llamó y me informó que mi residencia había sido aprobada, y me pidió que fuera al centro y llevara los documentos de residencia de mi esposa y mis cinco hijos para renovarlos. Cuando fui, resultó ser una trampa; nos quitaron nuestros documentos y nos dieron un plazo de 21 días para abandonar el Líbano», relata Lahib.

El activista procede de Idlib, en el noroeste de Siria, y se refugió en Líbano después de haber sido arrestado por las fuerzas del régimen sirio en 2011, debido a su participación en las protestas contra Al Assad, según explica.

La Seguridad General libanesa emitió una orden de deportación contra Lahib a pesar de estar registrado en el ACNUR, la agencia de la ONU para los refugiados. Las autoridades libanesas tampoco tuvieron en cuenta que este ciudadano enfrentará un serio peligro de persecución si regresa, según Human Rights Watch.

«La deportación puede poner en peligro la vida de tres grupos de sirios en el Líbano: los opositores al régimen de Assad que participaron en actividades de combate, los buscados por los servicios de inteligencia de Assad por su participación en manifestaciones en su contra, y aquellos en edad de servicio militar obligatorio (18 años), a quienes el régimen sirio busca reclutar y enviar al frente de combate», explica el investigador.

Hasta ahora, los documentos de Jomaa Lahib siguen retenidos por la Seguridad General libanesa, con promesas de resolver su caso.

Refugiados sirios se dirigen a abordar autobuses en el suburbio de Beirut, Burj Hammoud, al norte de la capital, el 29 de agosto de 2019, mientras se preparan para regresar a Siria. Fotografía: AFP a través de Getty Images

Según Human Rights Watch, la deportación de activistas de la oposición siria y desertores del ejército por parte de las autoridades libanesas viola las obligaciones de Líbano bajo la Convención de las Naciones Unidas contra la Tortura y el principio de no devolución que estipula el derecho internacional, por el cual se prohíbe devolver personas a países donde enfrentan riesgo de tortura o persecución. Amnistía Internacional también ha advertido que Siria no es un país seguro.

Un informe confidencial del Ministerio de Asuntos Exteriores de Alemania al que tuvo acceso el programa informativo Tagesschau, advierte que “no se puede garantizar un retorno seguro para los refugiados en ninguna región de Siria debido a la catastrófica situación humanitaria, económica y de derechos. Los retornados corren peligro porque el régimen sirio a menudo los considera traidores, sometiéndolos a represión y negándoles derechos básicos”.

“Retorno digno”

Desde el estallido de la revolución siria en 2011, la guerra en el país ha causado al menos 618.000 muertos, más de 6,8 millones de desplazados internos y 5,28 millones de refugiados en los países vecinos. En Líbano hay aproximadamente 1,5 millones de refugiados sirios, de los cuales 784.618 están registrados oficialmente, aunque el gobierno dejó de aceptar nuevas solicitudes de asilo en 2015. Esta situación preocupa a los políticos libaneses, que temen que los refugiados puedan agravar la ya frágil economía del país y mencionan una posible «amenaza demográfica» para una población de unos 6 millones de personas.

El discurso de odio y xenófobo contra los refugiados sirios en Líbano, especialmente por parte de políticos y medios de comunicación, aumentó tras el asesinato del líder del partido Fuerzas Libanesas, Pascal Slemman, el 7 de abril de 2024. El Ejército libanés culpó a sirios de esta muerte y dijo que su cadáver había sido hallado en territorio sirio.

Las autoridades locales libanesas han tomado medidas en 27 municipios para limitar la capacidad de los refugiados sirios en el sur del Líbano a la hora de encontrar alojamiento, de acuerdo con un informe de las Naciones Unidas. Esto sucedió después de las reuniones entre los ministros de Relaciones Exteriores de ambos países en octubre de 2023, en las que se reafirmó lo que denominaron "cooperación conjunta para garantizar el retorno digno de los refugiados sirios".

La Seguridad General libanesa también ha implementado una serie de medidas que afectan a los refugiados y los incitan a abandonar el país, como "exigir a los infractores de las normas de residencia que regularicen su situación y abandonen el territorio libanés, prohibir a los sirios registrados en la Oficina del ACNUR realizar cualquier trabajo remunerado fuera de los sectores de empleo específicos para ellos, organizar el retorno voluntario y seguro, y presionar a los ciudadanos libaneses para que no empleen, alojen ni proporcionen vivienda a sirios que residan de manera ilegal en Líbano", según anunció en su página web.

En un informe publicado en marzo de 2024, la ONU señaló que la Oficina del ACNUR tiene conocimiento de la deportación de 13.772 personas desde Líbano a la frontera con Siria en aproximadamente 300 incidentes en 2023. En un solo día, el 8 de noviembre, fueron devueltas más de 600 personas.

A Chipre a través del Mediterráneo 

Para Mohammad Yasser, de 24 años y refugiado en Líbano, no hay otra opción que arriesgarse a cruzar el mar, a pesar del grave peligro que implica. "Al menos hay una pequeña esperanza de alcanzar un destino seguro. Pero regresar a Siria significa morir. Incluso si sobrevivo al arresto, no podría evitar el servicio militar del que huí debido a la guerra en mi país”, cuenta.

Yasser planea emprender el viaje hacia Chipre, que está a 200 km de las costas libanesas, en un trayecto que suele durar más de 10 horas en lanchas inflables. Estos botes generalmente tienen capacidad para 40 personas, pero suelen ser cargados con 100, según afirma el joven. ACNUR informó que entre enero y abril 59 botes tomaron esta ruta desde las costas libanesas hacia Chipre, transportando a 3.191 personas.

Rescatistas buscan a víctimas y supervivientes frente a la costa de la ciudad de Tartus, en Siria, el 22 de septiembre de 2022, después de que un barco que transportaba migrantes desde el Líbano volcara en el mar Mediterráneo. Fotografía: AFP a través de Getty Images.

El Secretario General de Hezbolá, Hassan Nasrallah, pidió a las autoridades libanesas que permitieran el paso de los refugiados sirios por mar. En un discurso en televisión el 13 de mayo sugirió: "Tomemos una decisión nacional para decir ‘abrimos el mar’. Refugiados sirios, si desean ir a Europa o Chipre, el mar está abierto. Úsenlo para navegar". Aclaró que no se trata de forzar a los refugiados a embarcarse, sino de darles la oportunidad de hacerlo legalmente, en lugar de arriesgarse en botes inflables y ahogarse, ya que el ejército libanés está evitando la migración.

El 2 de mayo, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, viajó a Beirut con el presidente chipriota, Nikos Christodoulides, para cerrar un acuerdo de 1.000 millones de euros con el gobierno libanés de transición. Este acuerdo tiene como objetivo apoyar la "estabilidad social y económica" en Líbano y reducir la migración irregular de refugiados sirios a Chipre.

En medio de las operaciones de deportación de refugiados y la creciente tensión en el sur de Líbano entre Hezbolá e Israel, que augura un deterioro de la situación, con intercambios de bombardeos y amenazas entre ambos lados, la elección para muchos refugiados en Líbano se asemeja al plan de Mohammed Yasser: embarcarse en lanchas desde las costas libanesas hacia la isla de Chipre. "El costo del viaje es de entre 3.500 y 5.000 dólares estadounidenses, y está lleno de riesgos, pero ¿dónde más ir?", concluye.

Authors

  • Ayham Al Sati

    صحفي سوري، يعيش في مدريد منذ عام 2019. مؤسس ومحرر في مجلة بيننا، متخصص في الأدب العربي من جامعة دمشق، وعمل كصحفي خلال الحرب في سوريا منذ العام 2011. Es un periodista sirio. Vive en Madrid desde el año 2019. Cofundador y editor en la revista de Baynana.es. Es especialista en Literatura Árabe por la Universidad de Damasco y trabajó como periodista durante la guerra en Siria desde el año 2011. 

    Ver todas las entradas
  • Okba Mohammad

    Cubrió la guerra en el sur de Siria de 2015 a 2018 con medios locales. También se ha dedicado a documentar violaciones de derechos humanos de detenidos durante el conflicto. En 2019 trabajó como corresponsal independiente en Turquía y posteriormente viajó a España, donde ha colaborado con medios como Global Voices y el diario Público. Actualmente trabaja como reportero en Baynana

    Ver todas las entradas

En español

Apóyanos
Con tu aportación haces posible que sigamos informando

Nos gustaría pedirte una cosa… personas como tú hacen que Baynana, que forma parte de la Fundación porCausa, se acerque cada día a su objetivo de convertirse en el medio referencia sobre migración en España. Creemos en el periodismo hecho por migrantes para migrantes y de servicio público, por eso ofrecemos nuestro contenido siempre en abierto, sin importar donde vivan nuestros lectores o cuánto dinero tengan. Baynana se compromete a dar voz a los que son silenciados y llenar vacíos de información que las instituciones y las ONG no cubren. En un mundo donde la migración se utiliza como un arma arrojadiza para ganar votos, creemos que son los propios migrantes los que tienen que contar su historia, sin paternalismos ni xenofobia.

Tu contribución garantiza nuestra independencia editorial libre de la influencia de empresas y bandos políticos. En definitiva, periodismo de calidad capaz de dar la cara frente a los poderosos y tender puentes entre refugiados, migrantes y el resto de la población. Todo aporte, por pequeño que sea, marca la diferencia. Apoya a Baynana desde tan solo 1 euro, sólo te llevará un minuto. Muchas gracias.

Apóyanos
ادعمنا
بمساهمتك الصغيرة تجعل من الممكن لوسائل الإعلام لدينا أن تستمر في إعداد التقارير

نود أن نسألك شيئًا واحدًا ... أشخاص مثلك يجعلون Baynana ، التي هي جزء من Fundación porCausa ، تقترب كل يوم من هدفها المتمثل في أن تصبح وسيلة الإعلام الرائدة في مجال الهجرة في إسبانيا. نحن نؤمن بالصحافة التي يصنعها المهاجرون من أجل المهاجرين والخدمة العامة ، ولهذا السبب نقدم دائمًا المحتوى الخاص بنا بشكل علني ، بغض النظر عن المكان الذي يعيش فيه القراء أو مقدار الأموال التي لديهم. تلتزم Baynana بإعطاء صوت لأولئك الذين تم إسكاتهم وسد فجوات المعلومات التي لا تغطيها المؤسسات والمنظمات غير الحكومية. في عالم تُستخدم فيه الهجرة كسلاح رمي لكسب الأصوات ، نعتقد أن المهاجرين أنفسهم هم من يتعين عليهم سرد قصتهم ، دون الأبوة أو كراهية الأجانب.

تضمن مساهمتك استقلالنا التحريري الخالي من تأثير الشركات والفصائل السياسية. باختصار ، الصحافة الجيدة قادرة على مواجهة الأقوياء وبناء الجسور بين اللاجئين والمهاجرين وبقية السكان. كل مساهمة ، مهما كانت صغيرة ، تحدث فرقًا. ادعم Baynana من 1 يورو فقط ، ولن يستغرق الأمر سوى دقيقة واحدة. شكرا جزيلا

ادعمنا

Ayham Al Sati

صحفي سوري، يعيش في مدريد منذ عام 2019. مؤسس ومحرر في مجلة بيننا، متخصص في الأدب العربي من جامعة دمشق، وعمل كصحفي خلال الحرب في سوريا منذ العام 2011. Es un periodista sirio. Vive en Madrid desde el año 2019. Cofundador y editor en la revista de Baynana.es. Es especialista en Literatura Árabe por la Universidad de Damasco y trabajó como periodista durante la guerra en Siria desde el año 2011. 

Okba Mohammad

Cubrió la guerra en el sur de Siria de 2015 a 2018 con medios locales. También se ha dedicado a documentar violaciones de derechos humanos de detenidos durante el conflicto. En 2019 trabajó como corresponsal independiente en Turquía y posteriormente viajó a España, donde ha colaborado con medios como Global Voices y el diario Público. Actualmente trabaja como reportero en Baynana
Botón volver arriba