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INICIODERECHOSPOLÍTICA

Del norte de Gaza a El Cairo: «¿A qué volveremos y dónde? No nos queda ni un hogar al que regresar»

Con más de 30.000 muertos en la guerra israelí contra la Franja de Gaza, muchos palestinos tratan de huir del enclave.

Cinco meses de bombardeos y destrucción, el hambre y los muertos, que ya superan los 30.000 en la Franja de Gaza, han acabado con las fuerzas de muchos de sus habitantes. Muchos han tomado la decisión de abandonar la Franja rumbo a Egipto. Sin embargo, esta no es una elección sencilla. Las fronteras están cerradas y cada persona debe pagar entre 5.000 y 10.000 dólares estadounidenses (entre 4.500 y 9.000 euros) para cruzarlas, lo que ha llevado a muchos a lanzar campañas de crowfunding para reunir esta cantidad.

Mohammad Naeem Imad, de 27 años, es farmacéutico y representante médico en una reconocida empresa de Palestina. Proviene del norte de la Franja de Gaza, donde Israel empezó sus operaciones militares, lanzando toneladas de explosivos y perpetrando numerosas masacres contra sus residentes. La ayuda humanitaria llega a cuentagotas al norte, una de las zonas donde más se ha extendido la hambruna.

«El 7 de octubre estaba durmiendo cuando de repente todo empezó alrededor de las seis y media de la mañana», relata Imad, cuya vida y la de su familia dieron un vuelco desde que Hamás lanzó su ataque contra Israel, matando a 1.200 israelíes. Esto desencadenó una guerra de venganza sin precedentes contra Gaza, que hasta ahora ha cobrado la vida de más de 30.000 ciudadanos gazatíes. 

Al poco de comenzar la guerra, el 13 de octubre de 2023, cerca de un millón de residentes del área donde vive Mohammad Imad recibieron una orden por parte del Ejército israelí para evacuar el norte de Gaza y dirigirse al sur, ya que el norte había sido declarado zona militar: «Cogí mis documentos y la ropa que llevaba, pensando en regresar después de una o dos semanas. He vivido siete guerras en Gaza, y en cada una de ellas hemos tenido que evacuar nuestra casa», cuenta Imad. Junto a su familia, llegó con dificultades a Rafah, en el sur de la Franja. La carretera estaba abarrotada con miles de desplazados forzosos.



Además fueron testigos de una de las grandes masacres cometidas por el ejército israeli al principio de la guerra. “Hasta el día de hoy, no puedo entender cómo logramos llegar a Rafah, porque el camino estaba muy congestionado, como durante la Nakba de 1948, e incluso peor”, dice.

En el camino

En el camino hacia Rafah, el farmacéutico documentó con su teléfono móvil su viaje y el sufrimiento de las personas desplazadas.Imad relata cómo vivió de cerca las primeras masacres de Israel contra la población civil, como el bombardeo a vehículos que transportaban a desplazados desde el norte hacia el sur. Como resultado de uno de estos ataques más de 70 personas fueron asesinadas cuando trataban de huir hacia el sur. “Escuchamos el sonido del bombardeo, ya que el camión atacado estaba a menos de un kilómetro de distancia”, explica el joven.

El caos y las bombas provocaron accidentes y caos. «Me sentí humillado y sufrí hasta llegar a Rafah. A veces hay que esperar hasta ocho horas para conseguir pan y gasolina. No tengo palabras para describirlo. Lo que vi y experimenté es inenarrable. Nunca olvidaré ese momento”, expresa.

Imad habla inglés y español con fluidez tras dos años estudiando farmacia en Venezuela. Utilizó estos idiomas para transmitir al mundo lo que estaba presenciando. Sin embargo, tenía miedo de convertirse en un periodista: “No pude documentarlo todo porque temo por mi familia y por las personas con las que convivo. Unos amigos nos acogieron en su casa en Rafah, y temía que se vieran perjudicadas”. 

Los ataques contra periodistas y sus familias en Gaza impidieron al joven ejercer esta labor, especialmente después de que le ocurriera esto a un amigo suyo que estaba documentando y publicando vídeos del bombardeo y sus consecuencias. Más de una decena de personas del entorno de su amigo periodista fueron asesinadas en diferentes ataques. Él sobrevivió solo, relata Imad.

Antes de la guerra, el farmacéutico solía llevar medicinas de la empresa para la que trabajaba a las familias de sus amigos enfermos y vecinos a precios más bajos para ayudarles. Durante la guerra, recibió varias peticiones para conseguir medicamentos, pero no estaban disponibles. “Después de unos días, le pregunté a la persona que me pidió los medicamentos si los había conseguido, y me dijo que la persona falleció sin que pudiéramos auxiliarla. Este fue uno de los momentos más difíciles para mí”, lamenta.

El joven confirma que su casa fue destruida según lo que le contaron sus amigos que se quedaron en el norte. “Imaginemos: si este genocidio termina, ¿a dónde vamos a volver y qué encontraremos? Ya no tenemos hogar. Recé para poder irme a Egipto antes de volver al norte. Lo que vi en los videos y fotografías de lo que sucedió en las regiones del norte es suficiente para mí. No quiero presenciarlo en la realidad. Gracias a Dios pude salir”.

Una foto de la casa de Mohammad Naem Imad en el norte de Gaza, que, según dijo a Baynana, quedó completamente destruida. Foto: Cedida.

La única opción para Imad, como para la mayoría de los gazatíes, era iniciar una campaña para pedir donaciones y lograr sacar a su familia. Con los 5 mil dólares que logró recaudar (4.500 euros), solo logró salir él solo. El camino duró 11 horas desde Gaza hasta El Cairo. Uno de los momentos más difíciles fue la despedida de su familia. “Todos lloramos y mi padre, con lágrimas en los ojos, me pidió que les prometiese que les sacaría de ahí”, rememora. Muy afectado, tuvo que tomar una decisión de vida y muerte, y ahora solo piensa en juntar el dinero necesario para poner a toda su familia a salvo. 

كاتب

  • Okba Mohammad

    Cubrió la guerra en el sur de Siria de 2015 a 2018 con medios locales. También se ha dedicado a documentar violaciones de derechos humanos de detenidos durante el conflicto. En 2019 trabajó como corresponsal independiente en Turquía y posteriormente viajó a España, donde ha colaborado con medios como Global Voices y el diario Público. Actualmente trabaja como reportero en Baynana

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Okba Mohammad

Cubrió la guerra en el sur de Siria de 2015 a 2018 con medios locales. También se ha dedicado a documentar violaciones de derechos humanos de detenidos durante el conflicto. En 2019 trabajó como corresponsal independiente en Turquía y posteriormente viajó a España, donde ha colaborado con medios como Global Voices y el diario Público. Actualmente trabaja como reportero en Baynana
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