La Europa de los muros 

La Unión Europea se encuentra actualmente rodeada y atravesada por más de 2.000 kilómetros de vallas fronterizas. Esta investigación explica el impacto de estas vallas a las personas migrantes y refugiadas que intentan cruzar a Europa, así como la huella que dejan en las poblaciones aledañas y su efecto medioambiental. También indaga las vallas fronterizas de la Unión Europea y su tamaño, destacando las rutas migratorias hacia Europa a través de imágenes, gráficos, datos, testimonios y entrevistas.

Periodistas del equipo de Baynana tuvieron el papel en esta investigación de entrevistar a personas refugiadas que han sido afectadas por los muros de Melilla (España) con Marruecos, y de Calais (Francia), punto de partida hacia Inglaterra. Además, participan varios activistas de derechos humanos y trabajadores de Centros de Estancia Temporal de Inmigrantes que combinan su testimonio con imágenes recientes de los muros en Francia, España, Grecia, Eslovenia, Polonia, Bulgaria y Hungría.

Melilla

El perímetro fronterizo de 12 kilómetros de Melilla está rodeado por cinco vallas equipadas con la última tecnología y un foso de tres metros de profundidad. Este muro está diseñado para disuadir y evitar los saltos y los cruces irregulares, aunque su principal efecto son las heridas irreversibles que produce sobre los cuerpos de quienes migran sin alternativa segura.

Sulaiman Abu Bakr tiene 24 años. Es un solicitante de asilo que huyó del sur de Sudán y sobrevivió a la masacre del 24J en Melilla. Este joven es uno de los 130 refugiados que logró saltar la valla aquel día y completar un largo periplo de 10 años a través del Sáhara, incluyendo 14 intentos de llegar a España a través de Ceuta. En Melilla lo logró, pero Sulaiman aún no ha superado el trauma.

Este joven sudanés recuerda cómo se quedó atrapado en una mañana de acero y alambre, entre las piedras y las bombas de gas lacrimógeno de la policía marroquí y los espráis de pimienta de los agentes de la Guardia Civil. Su cuerpo languideciente quedó atrapado en la montaña humana que se formó en la línea que separa a España de Marruecos. Luego se despertó en la cama de un hospital. “Pienso mucho en quienes no corrieron mi misma suerte”, asevera.

Calais

Calais es un nexo clave en las rutas migratorias. Es la ciudad francesa más cercana al Reino Unido —a apenas 30 kilómetros de sus costas— y un punto de paso obligatorio para los bienes y los ciudadanos que quieren cruzar el canal de la Mancha en ferry o en tren a través del Eurotúnel. Hasta 2016, la ciudad estaba rodeada de bosques y más de 10.000 migrantes sobrevivieron en un campamento informal conocido como “la Jungla de Calais”, esperando una oportunidad para cruzar. Ese año, las autoridades francesas destruyeron el campamento y aceleraron la construcción de muros y la tala de bosques para evitar que los migrantes se escondan.

Desde entonces, los migrantes han estado buscando rutas alternativas y cada vez más se lanzan al mar en embarcaciones de plástico. Por lo menos 2.384 migrantes han perdido sus vidas en el canal de la Mancha en lo que va de año, según la Organización Internacional para las Migraciones.

“Desde que llegué a Calais, he perdido a tres amigos”, dice Waliadin Mohammed, otro joven sudanés, de 27 años, mientras prepara café con jengibre escondido en el bosque. Pasar desapercibido no es fácil. “Hay cámaras por todas partes”, explica Hamid Younis, de 19 años y también de Sudán. Ambos tienen miedo y están visiblemente cansados y malnutridos. Los dos pidieron asilo en Francia, sin éxito. Ahora su objetivo es alcanzar Reino Unido.

Este artículo forma parte de la investigación ‘La Europa de los muros’ realizada por los medios europeos Fundación porCausa, El Confidencial, Solomon (Grecia) y Outriders (Polonia) junto a Baynana. Próximamente Baynana publicará un reportaje audiovisual que forma parte de esta investigación. 

Puedes leer ver la investigación completa en El Confidencial, en español e inglés: aquí