Marta Maroto – Akkar, Líbano
Los refugiados sirios se enfrentan a una nueva oleada de racismo en el Líbano, país que acoge a alrededor de 1,5 millones de refugiados. La crisis económica que desde 2019 asola al país, ahora agravada por la guerra entre Hezbolá e Israel en el sur, se suma a la ineficiencia de unos representantes políticos que llevan más de un año en funciones. En este escenario, la migración siria se ha convertido en chivo expiatorio y objetivo de la frustración del país.
La última oleada de violencia estalló tras el secuestro y muerte de Pascal Sleiman, dirigente de Fuerzas Libanesas, partido cristiano de ideología conservadora. El Ejército se apresuró a señalar a una “banda” de sirios como responsables, ya que su cuerpo fue encontrado en el lado sirio de la porosa frontera Akkar, norte del Líbano.
Sin derechos ni manera de regularizarse, la capital Beirut y la vecina Biblos vivieron escenas de terror: en grupos, simpatizantes de formaciones políticas cristianas salieron a las calles a amedrentar y pegar palizas a sirios. En algunas partes se establecieron checkpoints y toques de queda, además de amenazas para que abandonaran determinados barrios.
Este nuevo episodio pone de relieve la desprotección de la población siria en el Líbano, que vive el hostigamiento constante del Gobierno con campañas cada vez más frecuentes de deportación en las que organismos como Human Rights Watch han denunciado vulneraciones de derechos humanos.
Los refugiados sirios trabajan la mayoría de las veces bajo regímenes de explotación en sectores que mantienen la precaria economía libanesa a flote, como la construcción o la agricultura. En el este, el valle de la Beqaa, y en el norte del Líbano, miles de refugiados sirios trabajan los campos en condiciones miserables y malviviendo en chabolas endebles que apenas protegen de las lluvias.
Estas imágenes fueron tomadas durante las inundaciones del invierno en Akkar, frontera con Siria. Estos son algunos de los testimonios de quienes perdieron lo poco que tenían en las fuertes lluvias:
Esta adolescente que no quiere dar su nombre trabaja limpiando el campamento achicando agua de la tienda que comparte con su familia en Summaqiyeh.
Uno de los 11 campos de refugiados de Summaqiyeh, en el distrito norte de Akkar, inundado por las fuertes lluvias. En este asentamiento de trabajadores del campo viven unas 300 personas venidas sobre todo del norte de Siria, muchos llevan más de una década viviendo bajo los plásticos.
El distrito de Akkar es el más pobre del Líbano, país donde el 80% de la población bajo el índice de la pobreza. La corrupción y las duras condiciones de vida han convertido a la región en una de las principales rutas para el tráfico de todo tipo de objetos ilegales y de migración irregular, tanto de entrada desde Siria como de salida en embarcaciones hacinadas con destino a la cercana Chipre o Italia.
Dos niños juegan en un campamento inundando de Summaquiyeh. Las inundaciones han destrozado los campos de cultivo de cuyo trabajo viven familias enteras.
Las lluvias que deberían haber caído de manera escalonada durante el invierno, tan necesarias en esta zona agrícola tras un otoño seco, lo han hecho de golpe en las últimas semanas. Las tormentas, convertidas en torrente, han arrasado los campos de cultivo y las precarias chabolas que habitan las manos de quienes trabajan esta tierra: refugiados sirios que tras una década de conflicto en su país continúan en la miseria y el olvido.
Ropa tendida en un campamento de refugiados sirios en Miniyeh, distrito entre Akkar y Trípoli, la ciudad más pobre del Mediterráneo. Gestionado por Naciones Unidas, los refugiados que no están registrados deben pagar un alquiler por el terreno de la tienda.
Khauthar dice estar entorno a los 40 años y está embarazada de su cuarto hijo, al que espera en una tienda de campaña de paredes de plástico y suelos mojados. Es uno de los casos más vulnerables del campamento, pues no tiene calentador ni manera de cocinar en su tienda.
Asriya (45) llegó con sus cinco hijos desde Qamishli, noreste de Siria, hasta el norte del Líbano hace apenas unos meses. Tras la muerte de su marido hace unos meses, pidió prestado dinero a familiares y vecinos para pagar los 100 dólares por persona que demandan los traficantes para cruzar la frontera al Líbano. Durante el trayecto fue asaltada por un grupo de ladrones. Las tormentas le han terminado de quitar lo poquísimo que tenía.
En español
Nos gustaría pedirte una cosa… personas como tú hacen que Baynana, que forma parte de la Fundación porCausa, se acerque cada día a su objetivo de convertirse en el medio referencia sobre migración en España. Creemos en el periodismo hecho por migrantes para migrantes y de servicio público, por eso ofrecemos nuestro contenido siempre en abierto, sin importar donde vivan nuestros lectores o cuánto dinero tengan. Baynana se compromete a dar voz a los que son silenciados y llenar vacíos de información que las instituciones y las ONG no cubren. En un mundo donde la migración se utiliza como un arma arrojadiza para ganar votos, creemos que son los propios migrantes los que tienen que contar su historia, sin paternalismos ni xenofobia.
Tu contribución garantiza nuestra independencia editorial libre de la influencia de empresas y bandos políticos. En definitiva, periodismo de calidad capaz de dar la cara frente a los poderosos y tender puentes entre refugiados, migrantes y el resto de la población. Todo aporte, por pequeño que sea, marca la diferencia. Apoya a Baynana desde tan solo 1 euro, sólo te llevará un minuto. Muchas gracias.
Apóyanosنود أن نسألك شيئًا واحدًا ... أشخاص مثلك يجعلون Baynana ، التي هي جزء من Fundación porCausa ، تقترب كل يوم من هدفها المتمثل في أن تصبح وسيلة الإعلام الرائدة في مجال الهجرة في إسبانيا. نحن نؤمن بالصحافة التي يصنعها المهاجرون من أجل المهاجرين والخدمة العامة ، ولهذا السبب نقدم دائمًا المحتوى الخاص بنا بشكل علني ، بغض النظر عن المكان الذي يعيش فيه القراء أو مقدار الأموال التي لديهم. تلتزم Baynana بإعطاء صوت لأولئك الذين تم إسكاتهم وسد فجوات المعلومات التي لا تغطيها المؤسسات والمنظمات غير الحكومية. في عالم تُستخدم فيه الهجرة كسلاح رمي لكسب الأصوات ، نعتقد أن المهاجرين أنفسهم هم من يتعين عليهم سرد قصتهم ، دون الأبوة أو كراهية الأجانب.
تضمن مساهمتك استقلالنا التحريري الخالي من تأثير الشركات والفصائل السياسية. باختصار ، الصحافة الجيدة قادرة على مواجهة الأقوياء وبناء الجسور بين اللاجئين والمهاجرين وبقية السكان. كل مساهمة ، مهما كانت صغيرة ، تحدث فرقًا. ادعم Baynana من 1 يورو فقط ، ولن يستغرق الأمر سوى دقيقة واحدة. شكرا جزيلا
ادعمنا